La Legionella es una bacteria que se vive en medios acuáticos naturales, lagos, estanques etc. de manera natural, pero ha encontrado un hábitat muy adecuado en sistemas de agua creados por el hombre, como torres de refrigeración, fuentes, agua sanitaria de consumo humano (ASCH), los cuales actúan como amplificadores y propagadores de la bacteria.

Para que el ser humano sea infectado y enferme desarrollando una legionelosis, se tienen que dar una serie de condiciones como son:

1. Penetración de la bacteria en el circuito del agua, normalmente por el agua de aporte Multiplicación de la bacteria, es decir, que colonice el sistema hídrico, lo cual ocurre en función de la temperatura óptima para su desarrollo (20ºC – 45ºC), del estancamiento del agua y de la presencia de otros contaminantes tales como sedimentos, corrosión u otros microorganismos.
2. Dispersión de la bacteria en el aire en forma de aerosol.
3.  Inhalación por el ser humano de estos aerosoles.

La Legionelosis es una enfermedad bacteriana que se presenta fundamentalmente bajo dos formas clínicas diferenciadas: una la neumónica, conocida como enfermedad del legionario, y la no neumónica, más leve, conocida como la fiebre de Pontiac